"Hace unos años, el capitalismo y la democracia parecían hacer un buen matrimonio. Pero el divorcio parece próximo a consumarse: el mercado se encuentra bien, los regímenes autoritarios florecen y el desinterés por los derechos de los individuos sigue creciendo. Entre tanto, el recurso a soluciones autoritarias para resolver los problemas más apremiantes ya no es objeto de un rechazo tan sistemático."