María Goñi Mazzitelli

Licenciada en Sociología por la Universidad de la República (Uruguay) Maestría en Ciencia, tecnología y sociedad en la Universidad de Quilmes (Argentina) Actualmente estudiante de Doctorado en el programa de ciencias sociales de la Universidad de Buenos Aires (Argentina)

La orientación de mi formación y producción académica se ubican dentro del campo de estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) y Ciencia, Tecnología y Género (CTG). Los estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), se constituyen en un campo de trabajo académico, donde se trata de entender el fenómeno científico-tecnológico en su contexto social, tanto en relación con sus condicionantes sociales como en lo que concierne a sus consecuencias sociales. Los diferentes enfoques y perspectivas que aportan las diversas disciplinas que integran los estudios CTS, han buscado conceptualizar las transformaciones en la producción del conocimiento científico compartiendo la idea de que, en las últimas décadas, se han puesto en marcha importantes cambios en el campo de la ciencia académica. El análisis de las interacciones entre las universidades y la sociedad para la generación, intercambio y uso del conocimiento ha sido, y es, un tema central de los estudios CTS en la región latinoamericana desde hace mucho tiempo. En relación a esto he trabajado en caracterizar y analizar las transformaciones en los procesos de producción de conocimiento en relación con, i) la inclusión y abordaje de problemas sociales complejos en las agendas de investigación, ii) la interacción con actores sociales diversos en el marco de la producción de conocimiento y iii) las modalidades de producción de conocimiento: interdisciplinarias y transdisciplinarias.

En relación a la linea vinculada al campo CTG, me interesa identificar cómo se presentan las desigualdades de género dentro del ámbito académico, reconociendo sus efectos sobre las trayectorias académicas de las muejres y también en la generación de conocimiento. Las dificultades para acceder a puestos de mayor jerarquía a iguales méritos que sus colegas varones, la disparidad salarial, la menor cantidad de horas destinadas a las actividades académicas, la menor productividad registrada a través de las publicaciones científicas, son algunos de los efectos más visibles que provocan las barreras de género que aún hoy siguen vigentes en el sistema académico. La evidencia que aportan los estudios CTG, han permitido desterrar el relato de aparente neutralidad sobre el cual se organiza, estructura y construyen las trayectorias académicas de varones y mujeres (Yáñez, 2016). Una expresión de esa desigualdad se evidencia en la segregación ocupacional, horizontal y vertical, que se manifiesta en este ámbito. En el caso de la segregación horizontal se presenta a través de la mayor presencia de las mujeres en ciertas áreas caracterizadas como femeninas, asociadas a la salud y lo social; mientras que las áreas de las ingenierías, que reporta otras connotaciones sociales y económicas de más alta jerarquía, es la que registra menor presencia de las mujeres. La segregación vertical se pone de manifiesto a través de la limitación de las mujeres al acceso a puestos de mayor jerarquía. De esta manera, el llamado "techo de cristal" en la academia se encuentra bien documentado, dando cuenta del menor acceso de las mujeres a las posiciones más reconocidas y jerárquicas.